Colegio Español de Nuestra Señora del Pilar y Santiago Apóstol

COLEGIO ESPAÑOL DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR Y SANTIAGO APÓSTOL
Una institución educativa que tenga como fin llevar las almas para el Cielo educándolas en lo mejor de la tradición hispánica (click aquí para versión en español o aquí para versión en inglés)

domingo, 31 de mayo de 2015

La Hispanidad - Prof. Lorena Campi



Hay una máxima, de algún sensato americano del cual no nos ha llegado el nombre, que versa así: “por Castilla somos gente”.
¿Qué es esto?... ¿qué quiere significar esta expresión? Locura para un anglófilo. Barbaridad para el liberal progresista, que tristemente no ve en España, a través de la historia, más que a una nación retrógrada, conservadora y católica, que volcó su negra y tosca capa de oscurantismo sobre las mansas “primitivas civilizaciones americanas”, si nos detenemos en la hazaña descubridora.
“Por Castilla”, claro, pues los Reinos de Indias pertenecían a la Corona de Castilla, al Rey, donados por las bulas alejandrinas a los Reyes Católicos y a sus sucesores. Al Imperio Español sí, a la España peninsular no.
Entre la Península y América existían lazos de pertenencia, un mismo sentir, un mismo estilo, dirá García Morente. Tal comunión no ha podido romperse. América le debe su ser a España. España como entidad cultural, como “mini mundo”, como ser. España es madre y nos ha legado su estilo… ¿Estilo? Sí. Su estilo, que lleva el querido nombre de hispanidad.
Y… “somos gente”.
Explica García Morente, que el estilo que homogeneiza a una Nación, procede de una unidad espiritual, y que se da por un pasado-presente-futuro común. Esto es, la continuidad en el tiempo del mismo “modo de ser”. Aquí destaca la importancia de la Tradición y lo que es en verdad: la transmisión del estilo nacional. Ser fiel al ser nacional. Ello es de capital importancia. “Serás lo que debas ser o no serás nada”, enseña el magnánimo San Martín. Es así de simple. O mantenemos la vocación de nuestra nación o transgredimos su existencia y la deformamos, y la hacemos otra; pero al quitarle la forma la aniquilamos… ya no es.
Pero… ¿qué es eso que hemos heredado de España?, ¿a qué refiere? Nada más y nada menos que a su propia unidad nacional. Nos ha entregado su esencia, su particular naturaleza que la hace única y la distingue de entre las demás. Porque así como la madre se entrega toda al cuidado de su hijo, así España crió la América naciente.
Es sabido que la infancia de toda persona, es el patrón de su vida. Las vivencias y valores en ella vividos, son los que marcarán su transcurso por el mundo, o al menos, los que quedarán impresos en su alma, por si decide serles infiel y algún día prefiere hacerlos suyos nuevamente.
Eso mismo es América. Y la hispanidad es el recuerdo más vivo de su madre, la personalidad que le ha impreso. Pero… ¿por qué es tan fuerte esta hispanidad, que ha permanecido hasta nuestros días? Porque el sello del Bautismo ampara a este “continente de la esperanza”, como lo caracterizó el Beato Papa Juan Pablo II. Eso lo hace tan querido de la Virgen María, que se preocupó por la salvación de sus hijos más pequeños, los indios, que “solo al contemplarla en una imagen quedaban convertidos”, cuentan en sus memorias los valientes conquistadores. Y que luego se manifestará en múltiples advocaciones, como la Guadalupana, Nuestra Señora de Luján y Nuestra Señora del Rosario, que solo son algunas de las devociones más extendidas.
La madre cristiana no deja pasar mucho tiempo antes de que el agua del bautismo purgue el pecado de su niño, que aún no comprende tal acto, pero que luego lo agradece eternamente.
Así, Cristóbal Colón, en su primer viaje, llevando un estandarte real de Castilla, dirigió el desembarco, e inmediatamente encabezó una ceremonia tomando posesión de la nueva tierra en nombre de los Reyes Católicos de España. Bautiza la isla con un nombre cristiano, San Salvador, signo de que esta tierra vuelve a nacer en el Señor. Besa el suelo y lo bendice, y clava en esta tierra virgen la Cruz del Señor.
España nos transmitió, antes que nada, la Salvación. La Fe une más fuertemente a los pueblos que cualquier lazo terrenal. Hablamos de Cristiandad. El mapa de la Europa cristiana era el de un mismo pueblo; a partir de la reforma, en el siglo VII, el territorio de divide y subdivide…ha surgido el protestantismo. Ya no hay elemento de unión, la religión verdadera, que los mantenga unidos.
Esa misma Fe es la que, primeramente, relaciona de manera íntima a España. Es la nota distintiva de la Hispanidad. Aquí, en América, algunos hablan de una segunda Cristiandad. Fue la hermandad más fecunda que pudo haber, entre la Península y este Continente, y a su vez, entre los diversos pueblos de éste.
Esa es la definición que encontramos en el diccionario: “conjunto de países o pueblos hispánicos, formado por España y por los pueblos de lengua o cultura españolas / Conjunto de características culturales comunes a estos países o pueblos / Calidad de genuinamente español.”
España nos des-cubrió, nos quitó el velo. América todavía no conocía la Buena Nueva. Estaba sumida en la ignorancia y en la barbarie, lejos de la Verdad y del Bien. Pues España “se hizo cargo” de nosotros, nos adoptó como Reino suyo (no colonia, menos aún factoría); y con tal dignidad se nos volcó toda, extendiéndose ella misma a través del Océano. Como buena madre respetó las peculiaridades de América sin dejar de educarla. Por eso hubo mestizaje. Por eso felizmente hablamos de criollos libres, de jesuitas ardorosos en su fe y evangelización. Es por eso que encontramos Iglesias a lo largo y ancho del continente, que crecieron a la par de las escuelas y universidades.
Hispanidad es lo que somos los americanos del centro y sur continental. Y que lo debemos a la Madre Patria: religión, lengua, cultura. “¡Hasta el trazado de ciudades!, ¡y los horarios y tipos de comida, se lo debemos a España! No cenamos a las 18hs como los yanquis, ni comemos donas o hot-dogs. ¡Gracias a Dios! No somos racistas ni materialistas, no vivimos para el trabajo, sino que pasamos en familia los domingos. No asistimos a las reuniones masivas de predicadores en estadios de fútbol. ¡Creemos en el Único Dios Verdadero clavado en una Cruz, y en Su Santísima Madre!”, me dijo una vez mi padre…
Otra máxima popular versa así: “España nos trajo a Cervantes; Inglaterra no llevó a Shakespeare a la América del Norte”.
Eso es la Hispanidad.

1 comentario:

  1. Buena y precisa la exposición. Felicito a los directivos del Instituto sanrafaelino por su excelente labor cultural que está desarrollando. Es un ejemplo para todos los institutos argentinos.
    Ignacio G. Tejerina Carreras
    Presidente
    Instituto Argentino de Cultura Hispánica de Córdoba

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