TERESA DE ÁVILA Y LA OBRA DE LA
EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA, UNA “EMPRESA ESPIRITUAL”
Cuando estaba finalizando el siglo XV España estaba inmersa
en una crisis enorme. Aunque para hablar con propiedad histórica lo primero que
debemos decir es que España no existía. Era apenas un conjunto de reinos que
disputaban entre sí y donde proliferaba la inseguridad, el desorden, el caos político,
moral, religioso.
En ese marco surge en Castilla una persona providencial que
fue Isabel La Católica. España unida y fuerte es dada a luz por esta gran
reina. Todo renace bajo la influencia de los Reyes Católicos: letras, artes,
comercio, leyes, virtudes, religiosidad y gobierno. Por eso podría decirse que
son ellos quienes siembran la semilla que dará su fruto en el Siglo de Oro
español.
Creo que nadie puede dudar además del papel decisivo de
Isabel en el descubrimiento y la conquista como así también en señalar los
objetivos misionales de la conquista de América.
Obra en la cual mujeres como Teresa de Ávila, Santa
Teresa de Jesús, monja carmelita, entre las cuatro paredes de su monasterio de
religiosa contemplativa, acompañó con sus plegarias la obra de los misioneros y
conquistadores que fueron explorando y poblando América, que trajeron la fe y
la filosofía, la cultura de Occidente y el derecho. ¿Y por qué Teresa de Ávila
podía interesarse por nuestra suerte? Porque su hermano y gran amigo Rodrigo,
con el que alguna vez de niños se habían escapado de casa para ir a morir
mártires, era uno de los hombres españoles que participaba de la empresa de
evangelización y poblamiento de América aquí en el Río de la Plata.
Todos los
hermanos varones de la Santa estuvieron en América y varios murieron en estas
tierras. Su hermano Rodrigo de Cepeda, viajó a las Provincias del Río de la
Plata en 1535 donde murió en 1537 o 1543 en manos de los indios. Lorenzo de
Cepeda y Ahumada era vecino de Quito, en las provincias del Perú, estuvo en
Pasto, Quito, Piura, Portoviejo, Guayaquil, Popayán, Cuzco. Tuvo familia en
América y regresó a España poco antes de morir. Hernando de Ahumada viajó al Virreinato
del Perú, se radicó en Pasto (Colombia) donde murió. Antonio de Ahumada viajó
al virreinato del Perú, donde murió en 1546. Pedro de Ahumada se estableció en
el Perú, allí se casó y regresó tardíamente a España donde falleció en 1589.
Jerónimo de Cepeda también vivió en el Perú, estableciéndose por muchos años en
Quito. Agustín de Ahumada vivió diez años en el Perú, catorce en Chile, fue
nombrado gobernador del Tucumán pero falleció en Lima antes de asumir. Su
hermana Teresa vivió especialmente preocupada por él, ya que combatió durante
largos años en la Guerra del Arauco. En las "Relaciones" Cap. 20,
Santa Teresa hace en 1571 el siguiente comentario respecto a su hermano
Agustín, residente en Chile: "Estando yo un día después de la octava de la
Visitación encomendando a Dios a un hermano mío en una ermita del Monte
Carmelo, dije al Señor, no sé si en mi pensamiento: «¿Por qué está este mi
hermano adonde tiene peligro su salvación? Si yo viera, Señor, un hermano
vuestro en este peligro, ¿qué hiciera por remediarle? Parecíame a mí que no me
quedara cosa que pudiera, por hacer”.
¿dónde están estos datos? |
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